Sucede que cuando uno crece se expone al miedo, a la destrucción misma de la critica, de jueces, sin embargo soy de las que cree que no hay mayor juez que Dios, ni mas tribunal que la misma vida. Soy de las que ama el karma, porque si, el destino salda cuentas. Karma it’s a bitch. Y si que me encanta, y si que lo disfruto.
Yo fui criada como todas las niñas de mi edad: a punta de regalos, pelas y regaños, y esos dichos como: “ni se le ocurra, ni le permito”, les encantaba que uno llorara y les rogara para al final decir: “cuando digo NO, es NO ¡ o me decían ¿Que parte no entiende? Pero que fácil era convencerlos con los amigos, que porque ésta es la hija del rector, ¡ay si!
Y así eran las cosas sencillas en esa época, donde prevalecían las risas, los abrazos, los juegos, los amigos.
Las sonrisas eran inmortales, así como el amor que les teníamos a las abuelas, a sus arepitas hechas en leña. Los amigos si que valían la alegría, compartíamos las pelotas, esas que chuzábamos día tras día jugando en la esquina que tanto nos dió.
Cuanto daría yo por volver, porque cada que voy al pueblito extraño la manera en que nos jodían los vecinos, ahora es : como estas de linda, que buen trabajo tienes, cuando vienen los hijos?. . . y sigo sin darme cuenta que estoy bien grandecita.
No cabe duda que hay amistades eternas, y amores infantes que aun veo en los rincones mas patéticos de mi inspiración, a unos los veo insuperables, otros feísimos pero con el corazón contento, ese que no tengo yo, y bueno, entiendo que los bonitos que me han tocado si que han sabido destruirme.
La vida me regaló una prima que es como mi hermana, y una mejor amiga que es como la vida de mi amor. Y tantas penas, que hoy soy la más feliz de las solteronas. Hoy por hoy me enamoro de los gatos, tengo una bonita relación con el alcohol, vivo de residencia en residencia, tengo amigos para cada ocasión, y amores para cada dolor.
Ahora que tengo 21 años y más, puedo darme la satisfacción de no guardarle odio a ninguno, ni a ese ángel que se marchó cuando tenia 1 año de vida, ni a ese de sangre materna que me tocó cuando apenas tenia 10 años y me hizo cogerle fobia al sexo, ni a los que me dejaron por no tener sexo con ellos, ni a los que no me escogieron por ser la flaquita montañera que no tenia ni 2 pesos en su bolsillo. Porquó vuelve y juega el karma, después de años mi padre me buscó a pedirme perdón, y si que lo obtuvo, pero ¿el amor? . . . ese fue su karma. Y si hablo de los otros manes puedo darme el lujo de que me vean bien linda, tierna y bien hijueputa para decirles ¡No! y no por venganza, si no porque ahora tengo otras prioridades ( pero que rico se siente)
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